La misionera de Missions Door, Jessie Fox, ha entrado en contacto con una niña sorda de nueve años que no conoce el lenguaje de signos en un pequeño pueblo de Argentina.
El equipo de Jessie pudo comunicarse con la niña escribiéndole sus nombres en el brazo con los dedos, y viceversa. La cara de la niña se iluminó de alegría cuando se dio cuenta de que no eran como los demás. Saltó sobre el miembro del equipo de Jessie y la abrazó con fuerza. Su madre dijo entre lágrimas que llevaba nueve años buscando a alguien que ayudara a su hija.
Su equipo habló a la madre de la niña sobre la esperanza y el amor de Dios, y prometieron volver pronto. Oremos por Jessie y su equipo mientras trabajan para iniciar un programa de idiomas en la aldea de la niña para que aprenda a comunicarse con los demás y sobre la historia más grande del gran amor de Jesús por ella.
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