Árboles frondosos y verdes envuelven una pequeña embarcación fluvial que cruza el marrón Amazonas. Unos peces saltan desde el río y vuelven a chapotear, posiblemente arowanas. Un delfín de río asoma su largo pico fuera del agua y, a lo lejos, Elmer puede ver un gran pájaro que parece una cigüeña o una garza caminando.
Pero Elmer Terrazas no busca animales. Busca almas que salvar en uno de los lugares más remotos del mundo.
El viaje
En Isaías 49:6, Dios declara que desea que Su salvación llegue hasta los confines de la tierra. Para Elmer, esto es literal. Es un misionero de Missions Door que viaja a la selva amazónica de Bolivia para llegar a las tribus nativas entre las que creció, aisladas de la civilización. En su barco viajan trece hombres y mujeres, casi todos bolivianos o sudamericanos. Algunos son pastores o médicos, pero todos con la misma misión.
Ha sido un viaje de quince horas. En este momento, la comida está disponible y se prepara en el barco. Un caballero utiliza un gran molinillo de madera, casi tan alto como él sentado, para machacar plátanos verdes. Está haciendo matoke y sirviéndolo con nuggets de caimán. Cuando el barco llega a su destino, Elmer es el primero en apearse. Estas tribus suelen ser hostiles, pero confían en él. Siempre les hace saber que su tripulación es amistosa. Esperan que la tribu sea receptiva al Evangelio y esté dispuesta a fundar una iglesia.
La misión
No hay muchos médicos en esta parte de Bolivia. En caso de urgencia médica, los miembros de la tribu pueden viajar de tres a siete horas para llegar a otra comunidad, e incluso entonces, es posible que no encuentren un médico. Los médicos de esta misión pueden ser los únicos que vea esta tribu en un mes. Hacen un poco de todo: ayudan a las personas con problemas de visión a conseguir gafas, les recetan medicamentos, les ayudan con problemas de dolor crónico, etc.
Mientras los médicos vendan heridas y examinan bebés, los pastores predican el evangelio y dirigen canciones de alabanza con guitarras, ukeleles y bongos. Los niños tontos llevan en la cabeza los flamantes pantalones cortos que han recibido, y las niñas están entusiasmadas con los vestidos que les han hecho. Los misioneros juegan al fútbol con los niños. Cuando se pone el sol, montan un proyector y una pantalla para proyectar La película de Jesús. Puede que sea la primera vez que estos nativos ven una película sobre Jesús en el dialecto de su tribu.
El impacto
El viaje misionero es un éxito. "La oportunidad para las misiones es grande en esta región. Tenemos al menos tres zonas en las que estamos evangelizando", afirma Elmer. Aunque ha sido un viaje difícil, está claro que los misioneros se llevan un trozo del Amazonas en el corazón al partir. No olvidarán a los niños trepando a los árboles para tirar fruta o remando por el Amazonas. Las máquinas desgranadoras de maíz y el vapor que sale de las grandes ollas de guiso. Y, sobre todo, la gente especial y resistente que vive en el río.
Si quieres apoyar al misionero de Missions Door Elmer Terrazas mientras lleva el evangelio y planta iglesias en la selva amazónica de Bolivia, visita su página aquí. ¡Ora por las tribus remotas de Bolivia para que sean salvas y discipuladas!