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"¿Mamá?"

La madre de Ramón levanta la vista de la costura. Está sentada en el escalón de la puerta principal. "Sí, mijo".

"¿Quién lo hizo todo?" Ramón sólo tenía seis años, pero ya se planteaba las grandes preguntas de la vida. ¿Cómo surgió el hombre? ¿Existe un creador?

"Dios lo hizo", responde su madre. Señala un trozo de tierra en la zona donde le gusta jugar. "¿Lo ves? Dios cogió la tierra e hizo un hombre con ella. Le puso nariz y ojos. Luego sopló en la tierra y el hombre empezó a vivir y a moverse. Dios lo hizo todo".

Aunque no se haría cristiano hasta una década después, siempre llevaría esta explicación en su corazón. Todavía hoy, a sus sesenta y cinco años y como director del Seminario Bautista de Nogales, la recuerda.

Ingresar en el seminario

Ramón Rodríguez creció en un pequeño pueblo de México. Su madre era una cristiana fiel que enseñaba a los niños en su iglesia bautista. Durante su adolescencia en Nogales, no asistía a la iglesia, pero aún podía recordar las historias bíblicas que su madre le enseñaba. Su hermana lo invitó a un campamento de la iglesia cuando tenía dieciséis años, y él fue para poder divertirse con otros chicos de su edad. No esperaba que su vida cambiara para siempre. El Espíritu Santo convenció a Ramón de su pecado cuando escuchó la predicación del Evangelio, y decidió someterse a esa convicción. A los dieciséis años, invitó a Jesús a entrar en su corazón.

Cuando regresó a la escuela para su último año, se dio cuenta de que sus amigos estaban teniendo una mala influencia sobre él y tuvo que dejar de salir con ellos. Comenzo a estudiar la biblia, fue discipulado por su pastor, y se bautizo. Cuando se graduó de la escuela secundaria, sintió fuertemente el llamado de Dios al ministerio. Sus familiares trataron desesperadamente de disuadirle, diciendo que era demasiado joven e incluso prometieron pagarle la matrícula si iba a la universidad. Pero Ramón respondió: "Puedo ser joven, pero estoy obedeciendo". Ingresó en el Seminario Bautista de Nogales a los diecisiete años, sintiendo que no podía hacer otra cosa que servir a Dios.

Lecciones durante el seminario

El tiempo que Ramón pasó en el seminario fue muy influyente. Como parte de sus estudios, sirvió en una pequeña iglesia en las montañas. Este tipo de trabajo en el reino tuvo un impacto muy profundo en él, aunque muchos de sus colegas no lo tuvieron en cuenta. La iglesia era considerada insignificante por muchos cristianos y, por tanto, no contaba con ningún apoyo. "Mis compañeros siempre me decían que buscara una iglesia en la ciudad", recuerda. Pero aprendió mucho sirviendo a esta iglesia, desde el trabajo duro hasta montar a caballo para llegar a la gente. Su trabajo no volvió vacío. Uno de los miembros de esa iglesia acabó convirtiéndose en misionero.

Su proyecto de seminario consistió en plantar dos iglesias diferentes. En 1983, pastoreó una de ellas. Más de una década después, el Seminario Bautista de Nogales le invitaría a impartir su curso de historia de la iglesia. Un par de años más tarde, le pidieron que fuera instructor a tiempo parcial, luego pasó a formar parte del personal a tiempo completo y, finalmente, se convirtió en el director adjunto en 1998. Fue en 2006, con el aliento de todos, que se convirtió en el director del seminario, que es el papel que todavía tiene hoy.

Educar a la próxima generación

A Ramón le encanta ver cómo Dios mueve los corazones de sus alumnos para servir y lo apasionados que están por predicar la verdad y evangelizar. "Son muy inteligentes", dice. "Están aprendiendo hebreo, griego y a predicar. Están estudiando la sana doctrina y cómo cuidar de sus iglesias". Ramón se lo debe al compromiso del seminario de mantenerse fiel a la Biblia y no cambiar. Esto es importante porque muchas iglesias en México, por desgracia, no siguen los modelos bíblicos. Los feligreses no entienden lo que es la membresía y sólo la visitan periódicamente. Muchas iglesias no tienen pastores. El falso evangelio de la prosperidad está muy extendido. Uno de los estudiantes del seminario una vez predicó en una iglesia y le dijeron que era la primera vez en dos años que la congregación veía a un predicador usar una biblia.

La mayoría de los estudiantes del Seminario Bautista de Nogales se convierten en pastores o misioneros y atienden las necesidades espirituales de su país. Pero ese no es su único impacto. El seminario también cuenta con una próspera iglesia y ministerio en las prisiones. Muchos presos han conocido al Señor allí. Cuando son liberados, se les ayuda a encontrar a sus familias o incluso a matricularse en el seminario si se sienten guiados. El seminario ha recorrido un largo camino desde que fue fundado por Missions Door. Estamos orgullosos de apoyarles.

A Ramón le encantaría que rezaran por el próximo director del seminario, ya que se jubilará dentro de unos años. Actualmente, está formando a un antiguo alumno para que asuma el cargo. Oren por el seminario, los estudiantes y México en general. Si quieres apoyar a los misioneros indígenas de Missions Door como Ramón que sirven en su país, puedes hacerlo en su página o a través de nuestro Fondo de Avance Estratégico.

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