En Nairobi, Kenia, la mayoría de la gente (75% de la población) tiene menos de 29 años. Curtis Reed ha estado ministrando a esta gran población de jóvenes keniatas durante los últimos 12 años. En ese tiempo, ha observado una desconexión entre el cristianismo y la población keniana en general.
¿A qué se debe la desconexión entre los kenianos y la Iglesia? La Kenia moderna se ha visto influida por un pasado colonial. Esencialmente, dice Curtis, "[L]os jóvenes luchan con la relación dinámica entre fe y cultura, entre ser cristiano y africano".
Curtis ha utilizado su ministerio para tender puentes entre los jóvenes kenianos y el cristianismo. Imparte una clase de "Hip Hop y la Biblia", organiza conciertos de gospel y crea otras oportunidades para conectar con los jóvenes adultos allí donde se encuentran y en sus intereses. Dice de sus ministerios: "He aprendido que surge una visión nueva y más completa de Jesús cuando se habla de Él en términos que se entienden a través del entorno cotidiano de cada uno."
Aunque los ministerios de Curtis han tenido mucho éxito, se ha dado cuenta de que estos ministerios no remedian completamente esta actitud. A lo largo de muchos años de ministerio en Kenia, Curtis se fue dando cuenta de que esta desconexión no es necesariamente personal, sino una desconexión con la Iglesia cristiana en general.
"Cada vez me siento más interpelado por los jóvenes kenianos que me dicen que sienten su cultura africana como una amante que deben dejar en casa cada vez que entran en una iglesia". Las pruebas de esta actitud son fáciles de encontrar. De hecho, se ha descubierto que sólo el 7% de los habitantes de Nairobi acude a la iglesia con regularidad.
¿Cómo pueden los kenianos tener una imagen completa de Dios, cuando no experimentan Su creación amada para Sus seguidores: Su esposa, la Iglesia.
El problema:
Muchos kenianos no se sienten realmente aceptados en las iglesias tradicionales. Como dijo Curtis, no sienten que puedan ser cristianos y africanos en este entorno.
La solución:
Crear un nuevo tipo de iglesia: una iglesia en la que puedan ser ambas cosas.
Curtis se dio cuenta de que Dios le llamaba a llevar este tipo de Iglesia a la gente de Kenia.
Durante los próximos tres meses, Curtis se tomará un año sabático. Está dando un paso atrás en su ministerio actual y preparándose para dar un nuevo paso hacia delante: la plantación de iglesias.
"Nunca quise fundar una iglesia... Nunca he sido un tipo de iglesia", admite Curtis. "Pero no se trata de mí: se trata del Reino de Dios". Curtis no entró en una iglesia hasta los 18 años. Pero tal vez esto lo hace específicamente calificado para crear una iglesia para esta generación sin iglesia.
A través de los estudios de Curtis y su ministerio anterior, Dios le ha preparado continuamente para esta nueva aventura. Se siente llamado a crear una iglesia diferente a la mayoría de las iglesias tradicionales que incomodan a muchos kenianos.
La iglesia propuesta se establecería como una iglesia doméstica, que se reuniría en los hogares y contaría con sólo 15-20 miembros. Sería una iglesia que incorporaría el hip hop, la justicia social y el mundo espiritual, temas significativos tanto para los kenianos como para los africanos. Curtis dice: "La generación joven está preparada para una iglesia así".
Curtis sospecha que los que deseen asistir superarán el aforo de 15-20 personas. En ese caso, algunas de las personas a las que ha asesorado anteriormente se unirán a otras iglesias, lo que es un claro ejemplo de cómo su ministerio pasado le ha equipado para este momento.
Esta es una nueva iglesia y un nuevo modelo de iglesia para muchos, pero no rechazará ni condenará los modelos de las iglesias tradicionales. De hecho, el nombre de esta iglesia será "Sankofa", que es también el nombre de los ministerios juveniles de Curtis. Sankofa significa "volver atrás para recoger las enseñanzas de los de antes". El objetivo no es descartar por completo las prácticas tradicionales de la iglesia, sino aprender de ellas, adoptar sus prácticas saludables y crecer a partir de ahí. La misma mentalidad se utilizará para abordar su "africanidad" en la iglesia. Curtis es consciente de que la cultura africana y el cristianismo deben mantener un diálogo auténtico. Dice: "La iglesia, esencialmente, abordará la pregunta: "¿Qué significa ser un cristiano africano en el siglo XXI?".
Mientras Curtis y su familia se preparan para esta empresa, rezan para que Dios les guíe en la transición, les guíe y dirija en la estrategia, y para que se centren y se comprometan con la intención original de esta iglesia, una iglesia en la que los jóvenes de Nairobi no sientan que tienen que dejar de lado su africanidad para retomar su cristianismo, sino que sea un lugar en el que puedan aceptar ser cristianos y africanos a la vez.